Una etiqueta que inspiró esperanza: #GambiaHasDecided

Foto: Salieu Taal (All Rights Reserved)


El viento del cambio por fin llegó a la costa sonriente de África. El 1 de diciembre de 2016, ocurrió lo impensable: los gambianos rechazaron pacíficamente a través del voto una dictadura de 22 años y el presidente en funciones, Yahya Jammeh, sorprendió al aceptar el resultado de las elecciones después de décadas de violar de forma sistemática nuestros derechos fundamentales.

Benjamin Franklin dijo: “El que vive de la esperanza morirá en ayunas”. Pero para quienes vivimos en África, la esperanza ha sido nuestro oxígeno durante más de dos décadas. De hecho, el movimiento #GambiaHasDecided (Gambia ha decidido) se inspiró en la esperanza y la valentía de los gambianos decididos a enfrentar pacíficamente el intento inconstitucional de Jammeh de conservar el poder después de que la gente votara por el cambio.

Después de que los resultados de las elecciones dieran la victoria a Adama Barrow, el candidato de la coalición opositora, los gambianos de todas las profesiones y condiciones sociales celebraron con gran entusiasmo por una nueva Gambia. Sin embargo, el júbilo duró poco. Una semana después de aceptar el resultado de las elecciones, el presidente en funciones rechazó el resultado en una transmisión televisada y sorprendió a la población al retirar su concesión anterior. Rápidamente, Jammeh comenzó a consolidar su poder y colocó soldados equipados para el combate en todas las ubicaciones estratégicas del país. Estaba claro que no tenía intención de entregar el poder al presidente elegido democráticamente, y el país se vio sumido en una crisis política.

Muchas organizaciones internacionales y locales emitieron declaraciones inmediatas que condenaban las acciones de Jammeh por ser inconstitucionales. La CEDEAO, el organismo subregional de África occidental, desplegó un equipo de mediación encabezado por el presidente Buhari para convencer a Jammeh de que dejara el cargo, en vano. Mientras tanto, la falta de progreso en los esfuerzos de mediación en curso, junto con la ausencia de cualquier comunicación o información sobre la situación, agitaba cada vez más a la población.

La historia de #GambiaHasDecided comenzó con una conversación que tuve con una joven gambiana llamada Asta Jobe, quien, como muchos gambianos, estaba frustrada, enojada y angustiada por la agitación política. Reuní a Asta y a otros jóvenes gambianos preocupados para intercambiar ideas sobre cómo salvar a nuestro país de regresar a la dictadura. A partir de esta sesión, conceptualizamos y lanzamos la etiqueta #GambiaHasDecided, que publicamos a través de todas las plataformas de redes sociales y difundimos en nuestros grupos de mensajería instantánea como WhatsApp y Viber.

Desde el inicio, nuestro objetivo fue garantizar que el presidente saliente confirmara y respetara la decisión de los ciudadanos de Gambia. Sabíamos que se avecinaba un impasse político que podría degenerar fácilmente en desobediencia civil y violencia. Creíamos que un mensaje concertado y persistente de desafío pacífico socavaría la autoridad del presidente en funciones. Además, era importante desviar la ira de los jóvenes hacia una causa positiva con la que pudieran identificarse.

La etiqueta cobró vida propia. Era sencilla y acertada, y fue bien recibida por los gambianos dentro del país y en la diáspora. El mensaje era que Gambia había decidido por la paz, la democracia, el estado de derecho y la justicia. El lenguaje de nuestros mensajes en todas las plataformas fue sistemáticamente positivo y se diseñó para sacar a la población de un estado de miseria y desesperanza. Nos abstuvimos conscientemente de usar un lenguaje negativo o áspero, incluso cuando las fuerzas de seguridad leales a Jammeh destruían nuestras vallas publicitarias. Nuestra política era que por cada valla que derribaban las fuerzas de seguridad, colocábamos una o dos más en su lugar. A las fuerzas de seguridad les resultó difícil mantenernos el ritmo y la situación se les complicó aún más cuando los jóvenes comenzaron a pintar con aerosol la etiqueta por todas partes. Al principio, arrestaron a quienes llevaban puestas las camisetas con la leyenda GambiaHasDecided, pero llegó el momento en que los agentes estatales no podían arrestar a los miles de gambianos que seguían usando las camisetas en desafío.

Este movimiento funcionó como una empresa emergente incubada por personas que casi no tenían experiencia en el activismo. Pero teníamos diferentes habilidades, experiencias y capacidades de distintos ámbitos. Los miembros fundadores incluían un abogado, un economista, un experto en gestión de proyectos, un contador, un experto en TI, un profesional de marketing, un promotor de música, un empresario emergente e incluso un investigador posdoctoral especialista en cáncer. El equipo gestionó el proceso desde la conceptualización hasta la implementación de una manera muy seria y profesional. Por ejemplo, identificamos nuestras metas como entregables y nos dividimos en diferentes grupos temáticos, cada uno con una responsabilidad definida de contribuir a nuestra meta dentro de un marco de tiempo específico. Ideamos una estrategia múltiple que nos permitió crear impacto de manera gradual, al difundir la etiqueta en distintos medios para crear y mantener el impulso de la participación ciudadana.

Comenzamos cambiando, de forma aleatoria, las imágenes de perfil y estados en todas nuestras cuentas de redes sociales por el logotipo de GHD. Una vez que la etiqueta se volvió viral, comenzamos a distribuir miles de camisetas gratis al público y luego colocamos varias vallas publicitarias en áreas estratégicas del país. Al principio, cada uno de los miembros fundadores prometió fondos para financiar las actividades del movimiento y, posteriormente, establecimos metas que cada miembro debía recaudar a partir de sus propias redes de amigos, familiares y conocidos. A medida que la etiqueta se volvió cada vez más popular, la demanda de la camiseta de GambiaHasDecided se disparó. Nuestros fondos personales ya no podían financiar el movimiento, por lo que ampliamos los esfuerzos de recaudación de fondos solicitando donaciones directamente de una sección transversal de gambianos dentro del país y en la diáspora.

La herramienta final que utilizamos, y quizás la más eficaz, fue el Open Mic Festival (OMF). El OMF, un festival musical anual en el que se presentan artistas gambianos, es uno de los espectáculos musicales más populares y con mayor asistencia en el país, con más de 10,000 asistentes en su mayoría jóvenes. Combinamos múltiples canales de comunicación tanto en línea como fuera de línea para difundir nuestro mensaje al público a fin de generar el máximo impacto. De un día para otro, #GambiaHasDecided se convirtió en la marca gambiana más visible y en un símbolo de esperanza para una nueva Gambia.

Después del Open Mic Festival, tuve que huir a Senegal con otro de los cofundadores de nuestro movimiento, Raffie Diab, para evitar ser arrestados por los agentes de inteligencia del Estado. Esta medida, una advertencia para los demás miembros y para el público, inicialmente disminuyó el ritmo del grupo. Nuestros miembros tuvieron que distribuir las camisetas de forma clandestina, sin que los detectaran los agentes de seguridad. Mientras tanto, Raffie y yo continuamos nuestro activismo en Dakar, trabajando en línea.

Hoy, Gambia es una democracia y los ciudadanos, incluida una proliferación de organizaciones de la sociedad civil, ya no tienen miedo de decirles la verdad a los poderosos. Nuestra democracia naciente ahora enfrenta el desafío de manejar las expectativas de una población predominantemente joven que está lidiando con sus nuevos derechos y un gobierno novato que mantiene el orden en un espacio democrático.

Esta experiencia demuestra que un grupo de jóvenes determinado, unido y comprometido puede proporcionar inspiración y liderazgo en las crisis políticas. Uno de los factores críticos de éxito de nuestro movimiento fue tener un equipo comprometido y profesional que adoptó un enfoque desinteresado y táctico. De hecho, elegir el equipo adecuado para coordinar un movimiento es fundamental. Se necesita más que pasión para causar impacto.

Para muchos, nuestro movimiento se caracteriza por las camisetas o una etiqueta, y para otros, por las vallas publicitarias icónicas. #GambiaHasDecided fue una plataforma que ayudó a amplificar la voz de los gambianos durante el impasse político y fue el catalizador que ayudó a restaurar nuestra democracia. El éxito de este movimiento dejó una huella indeleble en la historia política de Gambia y ha generado una cultura de activismo entre los jóvenes, que son la verdadera vanguardia del movimiento.