Abordar la crisis climática: cómo las voces de los jóvenes del Pacífico pueden cambiar la gobernanza del clima

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El continuo fracaso de los gobiernos a la hora de abordar de manera adecuada la crisis climática constituye una violación de los derechos de los niños y la juventud del Pacífico lo sabe mejor que la mayoría. De los muchos marcos que existen, el Marco de Desarrollo de la Juventud del Pacífico (PYDF, por sus siglas en inglés) proporciona un enfoque coordinado para el desarrollo centrado en la juventud en el Pacífico, con un enfoque especial en la participación de los jóvenes en la acción ambiental.

Responde a las proclamaciones oficiales de los líderes y ministros de las islas del Pacífico para promover los temas de la juventud, entre ellos el tratamiento del cambio climático, al reconocer que los jóvenes defensores del cambio climático se han posicionado de forma más radical que los negociadores de los gobiernos del Pacífico, a los que han visto fracasar en sus avances efectivos en los acuerdos globales de reducción de emisiones. 

A pesar de que más de la mitad de los diez millones de habitantes de la región del Pacífico son menores de 25 años, la importancia de la participación de los jóvenes en la acción ambiental sigue estando infrafinanciada y carece de la inversión específica necesaria para satisfacer las necesidades de desarrollo de los jóvenes. Al ser el grupo de población más numeroso, los jóvenes del Pacífico son conscientes de que tendrán que vivir con las decisiones, o la falta de ellas, que tomen los dirigentes de hoy. Por ello, la juventud del Pacífico debe estar al frente de las asociaciones de las partes interesadas, de las estrategias de adaptación de inspiración local dentro de sus comunidades y de los procesos de toma de decisiones en general.

Por ejemplo, el Comité de los Derechos del Niño está celebrando consultas hasta octubre de 2022 para contribuir a la elaboración de su Observación General n.º 26, dedicada a los derechos del niño y el ambiente, con especial atención al cambio climático, cuyo lanzamiento está previsto para marzo de 2023. Hay una necesidad imperiosa de que los jóvenes subrepresentados —especialmente las personas de color, los activistas indígenas y los jóvenes de las regiones más afectadas por el cambio climático— hagan sus aportaciones para garantizar una respuesta sólida a esta violación. Aunque todo el mundo debe actuar para presionar a los gobiernos para que aborden la crisis, hay dos casos en los que el activismo de los jóvenes del Pacífico puede ser especialmente potente.

A pesar de que más de la mitad de los diez millones de habitantes de la región del Pacífico son menores de 25 años, la importancia de la participación de los jóvenes en la acción ambiental sigue estando infrafinanciada y carece de la inversión específica necesaria para satisfacer las necesidades de desarrollo de los jóvenes.

En primer lugar, los jóvenes del Pacífico son los más indicados para denunciar la hipocresía de la industria de los combustibles fósiles y exigir a los gobiernos que limiten el papel de las empresas de combustibles fósiles en el gobierno de la misma crisis climática que han impulsado. Esto se debe a que las inundaciones y el aumento del nivel del mar están transformando las relaciones de los jóvenes del Pacífico con las tierras y los océanos. Las islas que antes eran habitables están viendo la amenaza existencial de la subida del nivel del mar, mientras que las comunidades están experimentando la puesta en peligro de prácticas milenarias esenciales para la identidad cultural. Las poderosas corporaciones de combustibles fósiles y sus élites afiliadas permiten que los gobiernos sean menos responsables ante el público (y los derechos de los niños) al elevar los intereses de los accionistas y los intereses creados por encima de todo.

Esta duplicidad no pasa desapercibida para los niños activistas que impulsan el activismo climático —entre ellos la famosa adolescente sueca Greta Thunberg que, junto con otros quince jóvenes activistas, entre ellos Ranton Anjain, Litokne Kabua (Islas Marshall) y Carols Manuel (Palau), que representaban a los países insulares del Pacífico (PIC, por sus siglas en inglés)— presentaron una histórica reclamación ante el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas. Esta histórica comunicación pedía al Comité que ordenara a Alemania, Argentina, Brasil, Francia y Turquía que tomaran medidas para proteger a todos los niños de los devastadores efectos del cambio climático, con una denuncia al fuerte subsidio de los combustibles fósiles de cada Estado miembro.

El cambio climático es una amenaza existencial para todas las personas, independientemente de su edad o región. Sin embargo, las voces de los jóvenes del Pacífico son las mejor posicionadas para combatir la captura corporativa de los procesos de elaboración de políticas públicas internacionales, ya que se enfrentan directamente a lo que muchos adultos consideran "inevitable" —como las economías basadas en los combustibles fósiles, el hiperconsumo y las enormes brechas de desigualdad económica que se observan en todo el mundo— y exigen el cambio necesario. A través de instrumentos como el PYDF, los niños del Pacífico tienen el potencial de influir seriamente en el futuro del derecho internacional de los derechos humanos al perturbar los mecanismos tradicionales de poder y construir comunidades de organización y práctica cívica centradas en la intensificación de la voluntad política necesaria para abordar este riesgo global.

En segundo lugar, el compromiso de los jóvenes del Pacífico con la gobernanza climática puede ayudar a proporcionar nuevas vías de activismo legal allí donde los procedimientos tradicionales fallan. La denuncia de los jóvenes activistas es la primera de este tipo y marca un cambio en el papel de los derechos de participación de los niños para influir en la (in)acción del Estado. La denuncia se presentó a través del Tercer Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), un mecanismo voluntario que permite a los niños apelar directamente al Comité si un país que ratifica el Protocolo no ofrece una solución a una violación de derechos. A pesar de ello, el Comité dictaminó —en cinco decisiones distintas para cada uno de los Estados citados en la petición— que los jóvenes debían buscar primero una solución en las cortes de los respectivos países.

Por ello, más jóvenes del Pacífico deberían participar en el proceso de las Observaciones Generales para demostrar cómo los derechos de los niños se ven afectados por la crisis climática y qué deben hacer los Estados para garantizar que los niños vivan en un mundo sostenible. Proporcionar otra vía con la que los jóvenes puedan comprometerse con los mecanismos legales internacionales para lograr un cambio político global puede ayudar a garantizar la acción, en especial cuando se destacan los problemas de derechos humanos y de cambio climático a los que se enfrentan los jóvenes del Pacífico.

Varios países insulares del Pacífico elaborarán aportaciones de sus jóvenes que pueden utilizarse para reforzar la Observación General de la CDN y galvanizar el apoyo para abordar esta cuestión con la exigencia que merece. Por ejemplo, en el seguimiento de la 84ª Sesión Extraordinaria de Divulgación del Comité de los Derechos del Niño (CDN) —la primera vez que un Órgano de Tratados de las Naciones Unidas se reunió fuera de sus sedes de Ginebra y Nueva York—, la Oficina del Defensor del Pueblo de Samoa, que también actúa como su Instituto Nacional de Derechos Humanos, está promoviendo las aportaciones de sus jóvenes (de 8 a 17 años) para rellenar el cuestionario en línea de los jóvenes para la Observación General 26. También se está debatiendo la posibilidad de que los miembros del Comité de los Derechos del Niño realicen una visita de seguimiento para supervisar los avances en 2023.

Además, con el apoyo de la Comunidad del Pacífico (SPC), Child Rights Connect y USAID, la Oficina del Defensor del Pueblo de Samoa planificará un Foro Juvenil sobre cuestiones de derechos humanos y presentación de informes sobre la CDN.

La proliferación de eventos y oportunidades como ésta será fundamental para captar las voces más necesarias para abordar este desafío global, sobre todo teniendo en cuenta que el Pacífico soporta la mayor parte de la crisis climática a pesar de ser el que menos contribuye a ella. De este modo se garantiza a los jóvenes del Pacífico el derecho a participar en los procesos de toma de decisiones que más les afectan. Considera la posibilidad de organizar un acto similar en tu comunidad hoy mismo, tanto en el Pacífico como fuera de él.