El derecho a esforzarse en un mundo cambiante

Crédito: Alejandro Ospina

Este artículo se publicó originalmente en Science y se reproduce con permiso de la AAAS. Dale Jamieson Science, 5 Jan 2023, Vol 379, Issue 6627, p. 35 (DOI: 10.1126/science.adf6029)]. 

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Desde la publicación de Animal Liberation de Peter Singer en 1975, las actitudes hacia los animales no humanos han cambiado drásticamente. Al libro de Singer siguieron artículos y monografías de otros filósofos, y a su estela surgió un nuevo campo de estudios sobre los animales. Justicia para los animales, de la eminente filósofa y profesora de derecho Martha Nussbaum, es una adición bienvenida a esta literatura.

Según Nussbaum, todos los animales sensibles tienen "derechos imperfectos", no contra una persona en particular, sino contra "la humanidad imaginada como capaz de acción colectiva". Según Nussbaum, estos derechos deberían reconocerse como derechos legales recurribles.

El "enfoque de las capacidades", una teoría del bienestar que Nussbaum elaboró en su forma original con el Premio Nobel Amartya Sen, sienta las bases de una explicación sustantiva de lo que significa para una criatura prosperar y, por tanto, qué oportunidades deben proteger los derechos. La idea central es que se produce una injusticia cuando el "esfuerzo significativo" de un animal se ve inhibido por una "frustración injusta", ya sea por acción negligente o deliberada. Nussbaum defiende la superioridad de su teoría sobre las de otros y pasa a discutir el daño de la muerte, los conflictos trágicos, nuestras responsabilidades hacia los animales en una variedad de escenarios, la posibilidad de la amistad humana con los animales, los conflictos de deberes y el papel de la ley en la consecución de la justicia para los animales.

La escritura de Nussbaum es enérgica y directa, llena de historias y anécdotas. El libro es más constructivo que polémico. En mi opinión, sus principales logros son los siguientes: En primer lugar, al mostrar cómo el Enfoque de las Capacidades puede apoyar una teoría de la justicia para los animales, refuerza el argumento de que nuestro trato sistemático de los animales no humanos es moralmente indefendible desde casi cualquier perspectiva normativa.

El Enfoque de las Capacidades también sitúa el respeto por la capacidad de actuar en el centro de lo que debemos a los animales. Los trabajos anteriores han tendido a descuidar la capacidad de acción y a centrarse en el sufrimiento de los animales. Esto es comprensible dada la magnitud del sufrimiento que conllevan prácticas como la producción masiva de carne. Sin embargo, el descuido de la agencia puede ocultar toda la gama de formas en que nos encontramos con los animales.

Otro punto fuerte de este libro es que Nussbaum asume plenamente el Antropoceno. Reconoce que, directa o indirectamente, por acción u omisión, los seres humanos afectan a prácticamente todos los seres vivos del planeta, lo que da lugar a obligaciones amplias y profundas. Esto contrasta con las opiniones que tienden a aislar la "naturaleza" y eximir a los seres humanos de la responsabilidad de lo que ocurre en ella. También hay valiosos debates sobre temas como por qué la muerte puede ser un daño y cómo la extinción perjudica a animales concretos, así como interesantes apuntes históricos.

Nussbaum imagina un "mundo multiespecie en el que todos tengan oportunidades de prosperar". Aunque reconoce conflictos y desafíos, hay en este libro una sensación general de optimismo no mundano. Por ejemplo, es consciente de la importancia del control de la población humana para hacer realidad su visión, pero parece creer que basta con educar a las mujeres para acabar con esta preocupación. También habla de los problemas que plantea la tenencia de animales de compañía, pero apenas menciona, por ejemplo, los estragos que causan los gatos domésticos en los pájaros cantores. Tampoco aborda realmente la incomodidad que mucha gente sentirá ante la creación de una oficina gubernamental de "bienestar de los animales domésticos" o la posibilidad de que los animales demanden a sus guardianes.

Nussbaum tiende a ser demasiado categórica a la hora de atribuir estados psicológicos de sentido común a los animales, y algunas de sus afirmaciones más controvertidas (por ejemplo, que se puede matar a los peces sin dolor) no están bien fundamentadas en la bibliografía que cita. Hay poco reconocimiento de la constancia del cambio en la naturaleza y de la perturbación que conlleva. Ya sea en el Antropoceno o en cualquier otra época, la selección natural impulsará la especiación y la extinción, y los nutrientes en cualquiera de sus formas, ya sean bacterias o mamíferos, rara vez se dejan sobre la mesa. El mundo multiespecífico nunca será un reino pacífico.

En un libro de tal envergadura y ambición, marcado por la claridad y audacia de sus afirmaciones, es inevitable que haya muchas cosas con las que se pueda discrepar. De hecho, es una virtud de este libro que la mente del autor esté tan claramente expuesta. Aunque al final los argumentos de Nussbaum no le convenzan del todo, un especista convencido o un utilitarista benthamiano pueden leer este libro con placer y provecho.