El auge mundial de los gobiernos populistas ha suscitado una alarma justificada sobre la amenaza que supone el gobierno de la mayoría para los derechos de las minorías y las libertades individuales. Y, de hecho, el mayoritarismo puro —o la «tiranía de la mayoría»— puede suponer graves peligros para los derechos humanos de todo tipo. Sin embargo, en lugar de intentar socavar el gobierno de la mayoría, los defensores de la democracia y los derechos humanos deberían centrar sus esfuerzos en reforzar el concepto de «gobierno de la mayoría cualificada» (QMR, por sus siglas en inglés).
Este artículo explora tres expresiones importantes de la QMR: los requisitos de mayoría cualificada, las elecciones por representación proporcional y los controles y equilibrios institucionales. A continuación, examina cómo se aplicaron los principios de la QMR en dos logros democráticos históricos: la Asamblea Constitucional de Sudáfrica tras el apartheid en la década de 1990 y el proceso de paz negociado en Colombia a mediados de la década de 2010.
Características clave de la QMR
La QMR parte del reconocimiento fundamental de que la regla de la mayoría amplia es intrínsecamente superior al gobierno de las élites minoritarias, ya sean aristócratas feudales, oligarcas capitalistas, partidos comunistas de vanguardia, juntas militares, camarillas religiosas o demagogos nacionalistas. De hecho, los sistemas de gobierno por mayoría son un logro emblemático de la civilización humana que, cuando funcionan eficazmente, protegen, en lugar de amenazar, los intereses de los grupos minoritarios y las libertades de los individuos.
Por supuesto, la democracia es más que un simple gobierno de la mayoría; es un sistema complejo en el que las mayorías escasas —y posiblemente efímeras u hostiles— no siempre deben tener la última palabra. Para garantizar la estabilidad a largo plazo y proteger las libertades fundamentales, el gobierno de la mayoría debe ser limitado o «cualificado».
El elemento más estrechamente relacionado con el QMR es el requisito de que determinados votos en un órgano legislativo o en un referéndum popular deben alcanzar un umbral de «mayoría cualificada», como el 67 % o el 75 %, en lugar de simplemente superar el 50 %. Los requisitos de mayoría cualificada son especialmente adecuados para decisiones importantes, como los cambios constitucionales, la ratificación de tratados importantes o la protección de las libertades fundamentales.
Dentro de una comprensión más amplia de la QMR, otros procesos democráticos pueden funcionar conjuntamente con las disposiciones de mayoría cualificada. Por ejemplo, el principio de representación proporcional (RP) en las elecciones puede fomentar una amplia participación, promover un reparto significativo del poder dentro de los órganos gubernamentales, crear consenso e inhibir la regla de la mayoría simple, al garantizar que una serie de grupos estén representados.
Del mismo modo, los controles y equilibrios institucionales pueden ofrecer capas adicionales de protección. El más importante de ellos es la revisión judicial sólida por parte de tribunales independientes, en particular en lo que respecta a los derechos protegidos por la Constitución. Pero otras características democráticas, como el bicameralismo y el federalismo, también pueden frenar o incluso detener las violaciones de los derechos humanos al inhibir el gobierno de la mayoría simple.
La QMR y la Asamblea Constitucional de Sudáfrica
La Constitución sudafricana de 1996 se considera a menudo como el estándar de oro mundial para la protección de los derechos humanos. Por lo tanto, para los escépticos contemporáneos del gobierno de la mayoría, es importante tener en cuenta este gran logro de la transición posterior al apartheid.
El logro fundamental de la Constitución fue que sustituyó el antiguo gobierno de la minoría blanca por un gobierno sólido, multipartidista y multiétnico, basado en el sufragio universal. La democracia y los derechos humanos se convirtieron en elementos centrales de un país que había conocido muy poco de ambos.
En 1993, una constitución provisional estableció elecciones parlamentarias para el año siguiente basadas en la representación proporcional. Una serie de partidos obtuvieron escaños en la nueva Asamblea Nacional y el Senado de Sudáfrica, incluidos algunos con circunscripciones pequeñas. El Congreso Nacional Africano (ANC) predominó, pero se incluyeron otros cinco partidos, lo que reflejaba el nuevo ideal de la «nación arcoíris».
A continuación, se constituyó la Asamblea Constitucional entre los miembros del Parlamento, cuya selección mediante representación proporcional reflejaba un nuevo nivel de diversidad. La Asamblea tenía la tarea de aplicar 34 principios democráticos, negociados durante el período de transición, que reflejaban la libertad, la diversidad y la igualdad.
Las decisiones de la Asamblea Constitucional requerían una mayoría de dos tercios, que ni siquiera el poderoso CNA podía reunir unilateralmente. Una revisión por parte de un nuevo Tribunal Constitucional debía garantizar que el proyecto de constitución se ajustara a los 34 principios democráticos. El tribunal rechazó el proyecto inicial, en parte porque no protegía suficientemente las competencias transferidas a los gobiernos provinciales y locales. La Asamblea Constitucional redactó las revisiones y, solo después de que el tribunal las aprobara, la nueva constitución completa entró en vigor.
QMR y el proceso de paz colombiano
El proceso de paz en Colombia de mediados de la década de 2010 se desarrolló en un contexto muy diferente al del establecimiento de la Constitución sudafricana, pero presenta ciertas similitudes en el papel desempeñado por QMR. El problema era el prolongado conflicto armado entre el Estado colombiano, la guerrilla insurgente de las FARC y otros actores, incluidos los paramilitares de derecha y los insurgentes de izquierda más pequeños. Durante décadas se documentaron numerosas violaciones de los derechos humanos y otras atrocidades cometidas por todas las partes.
Las negociaciones entre el Gobierno y las FARC comenzaron para abordar las reivindicaciones de la guerrilla, conceder una amnistía limitada y garantizar una mayor participación en la política en el futuro.
Después de cuatro años, se sometió a votación un acuerdo de paz en un referéndum popular sujeto al requisito de mayoría simple (es decir, más del 50 % de los votos). Sin embargo, esto condujo a un resultado confuso en el que prevaleció el voto negativo por menos de medio punto porcentual, en medio de una baja participación ciudadana en general. El acuerdo se renegoció entre el Gobierno y las FARC y, en lugar de celebrar un segundo referéndum, se estableció un nuevo proceso centrado en el Congreso de Colombia.
Este nuevo proceso incorporó varios elementos de la QMR. En primer lugar, los miembros de ambas cámaras del Congreso habían sido elegidos mediante representación proporcional, utilizando diferentes procedimientos electorales que dieron lugar a que cada órgano reflejara diferentes circunscripciones e intereses. En segundo lugar, se requería una mayoría cualificada de dos tercios en ambas cámaras. Y, por último, se necesitaba la certificación de la Corte Suprema. El acuerdo de paz entró en vigor una vez que se cumplieron todos estos principios de la QMR.
El papel más amplio de la regla de la mayoría cualificada
Estos breves estudios de caso de Sudáfrica y Colombia abarcan momentos excepcionalmente críticos para esos países. Sin embargo, los principios de la QMR también pueden aplicarse en circunstancias más comunes, como las elecciones rutinarias, la promulgación de leyes nacionales, la resolución de casos judiciales y los períodos de transición.
Es innegable que, en los últimos años, los duros gobiernos populistas de todo el mundo han empañado la reputación de la democracia mayoritaria. Pero la mejor manera de avanzar, casi siempre, no es reducir la regla de la mayoría, sino hacerla más equilibrada, inclusiva y cualificada.