Litigar los derechos bajo la ocupación

Photo: Praying in Defiance/Al Jazeera English/Wikipedia


Dado que la ocupación israelí de los palestinos ha superado los 50 años, y la sociedad israelí es cada vez más hostil con respecto a los derechos de los palestinos, muchos en la comunidad de derechos humanos han perdido la esperanza de que se puedan lograr cambios a través de las instituciones nacionales israelíes; en particular, mediante la litigación de estos derechos en los tribunales.

El Tribunal Superior de Justicia de Israel ha sido criticado, y con razón, por el papel que desempeña en el mantenimiento de la ocupación israelí. El Tribunal tiene un historial desfavorable en los asuntos relacionados con la ocupación. Constantemente ha dado luz verde a los componentes fundamentales de la ocupación, desde los asentamientos israelíes hasta el desplazamiento forzado de palestinos y la explotación de los recursos palestinos para beneficio israelí. Este fue el caso incluso antes de que el ministro de Justicia de línea dura de Israel nombrara a jueces que parecen compartir intereses ultranacionalistas tanto para el Tribunal Superior de Justicia como para tribunales inferiores.

A pesar de eso, el litigio sigue siendo una de las pocas herramientas eficaces para promover los derechos de los palestinos. Parafraseando lo que dijo Churchill acerca de la democracia, litigar en los tribunales nacionales es la peor estrategia para defender los derechos de los palestinos, a excepción de todas las demás estrategias.

HaMoked es el principal proveedor de asistencia jurídica a los palestinos bajo la ocupación; litiga cientos de casos en los tribunales israelíes cada año para defender la libertad de circulación, los derechos de residencia y los derechos durante el encarcelamiento de los palestinos, y para impugnar los castigos colectivos. Dado el clima legal y social hostil que prevalece en Israel hoy en día, a muchas personas les sorprende la elevada tasa de éxito de estos litigios. De hecho, la mayoría de nuestros casos finalmente se resuelven con éxito, la mayor parte de ellos a través de acuerdos extrajudiciales, pero también mediante sentencias judiciales.

Más allá de los éxitos individuales, HaMoked también participa en litigios estratégicos para efectuar un cambio de políticas más amplio. Lo que hacemos es presentar una serie de peticiones individuales, cada una en nombre de una persona que necesita reparaciones. A menudo, el Tribunal encontrará una manera de responder al sufrimiento de ese individuo, y luego de otro y otro más: hasta que ya no puede evitar pronunciarse sobre el principio. Así sucedió en 1999, después de que HaMoked y otros abogados presentaran más de 100 peticiones en tiempo real en nombre de palestinos que fueron torturados durante interrogatorios. Finalmente, el Tribunal Superior dictaminó que Shin Bet, la Agencia de Seguridad de Israel, no puede usar la fuerza física al interrogar a los palestinos.

En otros casos, el Estado emprende un cambio de política “a la sombra” de los litigios. Así sucedió después de que HaMoked presentara docenas de peticiones en nombre de ciudadanos extranjeros que estaban casados con palestinos, pero vivían en la Ribera Occidental sin situación de residencia legal. A raíz de estas peticiones, en 2008, Israel otorgó la unificación familiar a 32,000 personas.

Nuestro trabajo en Jerusalén Oriental ilustra la incidencia, pero también las limitaciones de los litigios estratégicos en nuestro contexto. La política del gobierno israelí de mantener el “equilibrio demográfico” entre judíos y palestinos en la ciudad se traduce en esfuerzos para limitar la población palestina. En 1998, HaMoked reveló lo que llamamos el Traslado Silencioso de Palestinos al exterior de la ciudad mediante la revocación de la residencia. Israel revocó los permisos de residencia permanente de más de 14,000 palestinos que habían vivido algún tiempo en el extranjero, o tan solo se habían mudado a unos cuantos kilómetros de distancia hacia la Ribera Occidental. Junto con otras organizaciones de derechos humanos, presentamos una petición en nombre de 15 palestinos afectados. En respuesta a esta petición, en el año 2000, el ministro del Interior de Israel anunció que ya no se revocaría la residencia si la persona mantenía “una conexión razonable” con Jerusalén. Los palestinos que perdieron su residencia podrían solicitar que se les restableciera tras regresar y vivir dos años en la ciudad.

Por supuesto, la historia no terminó ahí. Cada año, HaMoked representa a cientos de palestinos que luchan para que se les restablezca la residencia, para registrar a sus hijos como residentes de Jerusalén, para obtener el estado de unificación familiar de su cónyuge o para recibir las prestaciones sociales a las que tienen derecho. Cada caso es una batalla que puede prolongarse durante años. Nuestros esfuerzos recibieron un impulso en 2017, cuando en dos sentencias independientes, el Tribunal Superior se refirió a los habitantes palestinos de Jerusalén como “una población indígena con un estatus único”. Esto nos da herramientas para usar en futuros litigios para impugnar las políticas israelíes.

Mientras tanto, junto con las restricciones a la residencia, las autoridades israelíes también están restringiendo la construcción palestina, demoliendo casas palestinas y descuidando la infraestructura y los servicios para los palestinos en la ciudad. Hacen esto a la vez que invierten enormes recursos para expandir los asentamientos israelíes en Jerusalén Oriental; todo para evitar cualquier concesión diplomática con respecto a la soberanía israelí sobre la ciudad.

Con esto, regreso a mi punto de partida: la ocupación es la causa fundamental de las violaciones de derechos humanos que comete Israel contra los palestinos. La litigación estratégica en los tribunales israelíes no pondrá fin a la ocupación. De hecho, podría tener el efecto contrario. Los tribunales pueden liberar un poco de vapor de la olla a presión que es la ocupación, a la vez que permiten que continúen los asentamientos israelíes, la represión y el despojo de los palestinos y la discriminación flagrante; y ofreciéndoles incluso una cubierta de legalidad a estas medidas. Dada esta realidad, existe cierta presión para boicotear por completo a los tribunales israelíes, y se critica a organizaciones como HaMoked por participar en lo que se considera una hoja de parra de la justicia.

Sopesar la protección de los derechos de los individuos frente a las estrategias de cambio político para promover los derechos colectivos plantea algunas cuestiones filosóficas espinosas. Pero para nosotros no hay dilema. HaMoked es una organización de derechos humanos que proporciona asistencia jurídica, y mientras los palestinos nos pidan ayuda, tenemos la obligación de proporcionarla. Los activistas de derechos humanos deben usar todas las herramientas a su disposición para combatir la discriminación y la violación de los derechos. Y no hay duda de que el litigio estratégico es una herramienta poderosa en la caja de herramientas de derechos humanos.